miércoles, 9 de mayo de 2012




El Viaje

Volar es fácil, dijo y saltó.
Me quede parada, apretando la rosa blanca.
Lo vi planear, lento, seguro. Las espinas enterradas en la palma de mi mano hacían latir de dolor mi carne.
No lloré, no podía llorar por ser cobarde.
Me quedé en la ruta y camine sangrando, hasta matar la rosa.
Supe de el por comentarios. 
Dicen que llegó a lugares secretos, mágicos. Dicen que conoce idiomas que nadie mas habla.
Cada tanto paro en la ruta y rebusco entre mis cosas la rosa ahogada. 
La miro un rato, le cuento mentiras, la engaño.
De aquel viaje que no hice solo me queda una cicatriz perlada.

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